lunes, 10 de junio de 2013

Pasta Alla Puttanesca. rico & rápido y un toque furioso

El mundo, se separa entre quienes un domingo de fresca y sol al mediodía, añoran el asadito del viejo, o los ravioles de la mamma… Sí, es una sobresimplificación del comer bonaerense y porteño, pero a mí, en alguna medida me pasa eso. En mi familia nadie amasó pasta chuta, no había ollas humeantes de tuco estofado los domingos al mediodía. Sí había asadito, ritual del asadito de mi viejo, viviéramos o no juntos. Cuando era chica, mi viejo, mientras hacía el asado, me cortaba la punta de la baguette y sacaba la miga en forma de cucurucho, la mojaba en la tablita donde cortaba la carne y me daba ese cucuruchito de juguito –de cocción del asado, es obvio lo que es, pero no lo voy a decir porque le quita toda la mística ;)-, mientras en otras casas, era la crosta del pan con una proporción específica de miga la que se mojaba en la olla de salsa.
Mi vieja cocinaba y cocina como los dioses, es una gourmand nata, le encanta deleitar y lo hace en el 99% de las veces, pero las pastas no eran cuando yo era chica algo que le encantara cocinar –gustito que tomó luego con los años, y hoy hace unos raviolones que son un es pec ta cu lo.
Volviendo a las salsas, no tengo un gusto adquirido por las pastas. No es que no me gusten unos ravioles caseritos o unas pastas bien hechas, pero no es lo que más me mueve el amperímetro. Además, las salsas, esos tucos jodidamente gustosos, no son mi especialidad, cuando me salen, me salen de carambola. Hay otras salsas que sí me salen muy bien y son muy ricas, pero en general tienen crema, hongos, panceta… es decir, cosas gustosas de por sí.
Hacer un buen tuco es un oficio que aún no masterisé. Pero he encontrado diferentes formas de comer una rica pasta y salir de un apuro al mismo tiempo.

He aquí la receta de unas pastas express: Spaghetti a la putanesca.


La salsa de tomate con el tomate fresco, en una ciudad como Buenos Aires, no siempre es la alternativa más recomendable. Los tomates no siempre están a punto, maduros y sabrosos como tienen que estar para hacer salsa. Si en buen tándem con la verdulera amiga, consiguen, al frente con ellos, sólo hay que sacarles la piel.
Opciones para sacar la piel: se pueden pelar a cuchillo afilado, como a una manzana, o remojándolos unos segundos en agua caliente, o bien, los cuartitos sin semillas los pones en la sartén durante la cocción, tapándolos un ratito, se depega la piel y la pelliscas con los dedos y sale-
Si no, para mí gusto la mejor opción que sigue es el tomate triturado en botellas o lata, tenés que encontrar la marca con el grado de acidez justo para tu paladar, pero a mí la Inca me gusta mucho y es súper útil. Mirás la fecha de vencimiento y listo.
Esta salsa es rápida, tiene pocos ingredientes y por ende, todo tiene que estar bueno, si no la arruinas.
Además del tomate necesitas: ajo, aceitunas o alcaparras –me gusta más con alcaparras, pero va con las dos- aceite de oliva que sea bueno, sal, pimienta y ají molido, peperonccino o algun picantito que te guste y anchoas en aceite. La elección de los filetitos de anchoas es parecida a la de un buen jamón crudo –que comparten el gusto por un buen curado y salado-. No compres berreta, si son muy truchas tenés que usar más cantidad, no le aportan el gusto pronunciado de un buen curado, y te pueden arruinar el plato. Las anchoas te das cuenta que son buenas cuando las sacas y el filete está entero, tiene color rosadito y no tiene espinas duras. Las probas una vez- se pueden ver por el frasquito, pero es bien a prueba y error, cuando encontrás las que tienen tu sabor preferido, te haces fan ;).  
Las alcaparras y las anchoas, son esos grandes comodines que uno tiene que tener en su despensa en casa, porque te sacan de apuros, embellecen y destacan una preparación y son, como dice el Principito, escenciales e invisibles a los ojos.


Mientras pones el agua para hacer los spaghetti de paquete – a mi me gustan de los industriales los Lucchetti-, pones una sartén al fuego. Allí pones: bastante ajo bien picadito (3 o 4 dientes), con los filetes de anchoas picaditos también (dos por cada diente de ajo, aprox. No te preocupes que no da gusto a salsa de pescado, ni ahí, confiá en mi). Todo eso en abundante aceite de oliva. El ajo se va a cocer rápido y las anchoas se desarman, y se hace como una salsita pastichenta. Ahí le pones unas cucharadas de alcaparras o aceitunas, y toda la botella de salsa de tomate o dos latas, o los tomates en cuartos que cuando los tapas les quitas la piel y los aplastas con un pisapuré. La salsa tarda lo que tardan en hacerse los fideos, los colás, y los pones en la sartén. Sartnealos para que estén todos cubiertos de salsa y listo!!
Con un vinito tinto rico sale como piña. Yo los comí con un Latitud 33 Malbec.



EXTRA: Pan francés, frotado con ajo y aceite de oliva, cubierto de queso rallado, al honro 5 minutos, acompaña infinitamente bien esta preparación.

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