La chocotorta es un boom que no
para, es un postre argentino de culto, que se extiende a sabores de helado, la
carta de restaurants bien chic, y que por alguna razón viene zafando de tener
su versión golosina. Un invento genial, de esos que sólo puede tener una persona
que pasa tiempo en la cocina y que le gusta, pero que su mundo no acaba entre
las cuatro paredes azulejadas, ni su concepto de apertura en el abrir puertas
de hornos y heladeras. Marité Mabragaña, la publicista, madre y esposa detrás
de esta maravilla es una de estas personas, que en ese proceso también instalo
en el país la idea de que dos productos de marcas diferentes se asociaran a
nivel publicitario, en este caso “chocolinas” y “mendicrim”. Meses después de
que la “chocotorta” apareciera en los paquetes de chocolinas y mendicrim,
Marité veía “su” torta cuando buscaba a sus hijos en los cumpleaños…
En fin, pasados los 80´ mi
romance con la chocotorta vino cuando deje el nido. Con casa propia por primera
vez, las fiestas con amigos hasta bien entrada la mañana se sucedían todos los
fines de semana. La hierbita de la noche generaba la necesidad de algo dulce y
sustancioso a la madrugada, y volvieron las tortas “gordas” (dícese de aquellas
nada esponjosas, bien cargadas de empalagantes ungüentos como el dulce de
leche, la crema de bonobon, nutella, crema mezclada con merenguitos triturados
o con mantecol…una porquería, si, pero una porquería necesaria)!
En fin, para estas épocas volví,
cual hija pródiga, a la gracia de la chocotorta. Con el pasar de los experimentos,
las ausencias y presencias de ingredientes en mi cocina, mi chocotorta fue
modificándose. Probé una y mil maneras, la combine con “coquitas” cual damero, inclusive
con galletitas de agua en alguna ocasión en que la plata no alcanzaba. Probé
rellenos de crema, frutas y chocolate, experimente con líquidos espirituosos
varios para mojar las chocolinas. En fin, un camino sinuoso, accidentado, hasta
que un día la encontré, cual alquimista, MI combinación de chocotorta, que en
breve les compratiré.
Antes de pasar a los ingredientes
cuento que durante estos años de experimentación uno de los hallazgos vitales
fue descubrir que dejándola dos días en el freezer y sacándola media horita
antes de ser devorada, el problemita de la sequedad o sosedad desaparecía como
por arte de magia. Voila… del freezer sale la más húmeda y consistente de las
chocotortas!!!
Mi chocotorta no lleva oporto ni
alcohol alguno, probé hasta con Ron en alguna ocasión, pero en mi experiencia
el café queda mucho mejor. Como la versión clásica, si lleva, of course,
chocolinas, mendicrim y dulce de leche, pero también chocolate, café y
banana!!!! Lo que hago es preparar tres rellenos diferentes:
- el clásico, mitad dulce mitad queso crema (mendicrim original, por favor, nada de productos light en una chocotorta)
- Puré de banana con dulce de leche (más o menos 2/3 de banana, 1/3 de dulce de leche);
- Queso crema, chocolate y café expreso (2/3 de queso crema, 1/3 de chocolate derretido, y una par de cucharadas de café bien intenso, para que se sienta el sabor pero no licue tanto el relleno)
Con los
rellenos ya listos, armo mi base de galletitas, y las mojo con gotitas de una
café expreso bien intenso, coloco la crema 1, vuelvo a armar base, mojar de
café, relleno 2, y así, relleno 3, y nuevamente el primer relleno. Es imprescindible volver a humedecer con
gotitas de café la tapa de la torta, y siempre dejarla dos días en el freezer.
Quedan cuatro capas, que da porciones importantes pero manejables. La
combinación de sabores resulta fantástica, entre lo súper empalagoso del dulce
de leche, el amargor del café y esa cosa más fresca que le da la banana,
riiiiiiico!!! Mis amigxs y mi marido me la piden siempre!