Una teoría radical propone como umbral entre naturaleza y
cultura la cocción de alimentos. Tengo poca información sobre el valor de la misma, pero siendo antropóloga, y este un blog de morfi, explorar
la posibilidad parece más que pertinente. Pido eternas disculpas a mis
amigxs arquelogxs por la falta de rigurosidad, el esquematismo y la muy
cuestionable terminología con la que me manejo en el texto, pero, después de
todo, a todos nos encanta Indiana Jones, ¡pero solo ustedes soportan andar
limpiando huesos con un pincel!
Se dicen muchas cosas acerca de que es lo que nos separa de
los animales, si es nuestra locomoción bípeda, el lenguaje, nuestra particular
inteligencia, la fabricación de herramientas, pero definitivamente a una de las
diferencias no se le ha dado tanto crédito como a las demás: cocinar nuestro
alimento.
En los últimos años esto viene revirtiéndose, por un lado
desde finales de los 70 tenemos teorías
que ubican el surgimiento de la cultura en la humanidad en el hecho de compartir
el alimento. Para decirlo más claro, en el hecho de que machos y hembras se
organicen como grupo, con una división tal del trabajo que hace que las hembras
provean ciertos alimentos, y los machos otros, compartiendo todos todo, y
pudiendo así hacer frente a la escasez, el cuidado de las crías, ¡y multiplicarnos
como especie!
Otro nuevo salto de la humanidad, hablando de alimento, va a estar dado por lo que se llama revolución
neolítica, hace unos 10.000 años, momento en que coinciden el uso de herramientas
de piedra (y otros materiales de los que escasamente queda registro milenios
después) mas refinadas, con la domesticación de plantas y animales, iniciándose
el paso hacia la agricultura, la ganadería, y la posibilidad de que la
población humana crezca exponencialmente y pueble todo el planeta, pero
volvamos a la prehistoria…
Resulta indiscutible que el comenzar a comer carne significó
un salto evolutivo par la humanidad. Hasta entonces, como otros antropoides,
como el gorila, por ejemplo, comíamos frutas, raíces, hojas…y un día algunos de
nuestros antepasados comenzaron a digerir carne, es decir proteínas, que
necesitan menos energía del organismo para su asimilación, por lo que esa
energía liberada sirvió para desarrollar el cerebro. Los hallazgos
arqueológicos muestran una asociación entre el consumo de carne en primitivos
homínidos y el aumento del tamaño cerebral. El tema es, de donde salía esta
carne? Eran los antiguos homínidos, unas criaturas de menos de metro y medio de
estatura, con toda la furia de 50 kilos, sin colmillos ni garras, ni desarrollo
de la tecnología, capaces de competir con los grandes carnívoros y cazar?
Parece ser que no, y, una vez más, las evidencias arqueológicas indican que las
primeras formas de consumo de carne en la humanidad fueron carne de carroña,
por la cual probablemente debíamos competir, con ingenio, con la hienas. Sin ir
más lejos, hace pocos años, en un yacimiento en Granada, datado en 1.300.000
años se encontraron restos fósiles que asocian homínidos, herramientas de sílex
(Estas industrias, toscamente talladas, las usaban los antepasados en funciones
como aprovisionarse de carne y obtener médula ósea a partir de cadáveres de
grandes herbívoros que carroñeaban)y hienas gigantes a un esqueleto de una
elefante.
Hace poco tiempo un arqueologo ingles, Richard Wrangham,
planteo la hipótesis de que fue la coccion la que permitió el desarrollo de
cerebros más grandes. El sostiene que el principal avance de la humanidad no
fue ni comenzar a comer carne ni la agricultura, sino el uso controlado del
fuego. Dice que la comida cocinada
facilitó la evolución de nuestros antepasados, Homus erectus, que logró
aumentar su cerebro en un 50% y que tenía un cerebro mayor que el anterior Homo
habilis que no cocinaba la comida.
Hasta hace poco las pruebas más antiguas de
dominio del fuego no llegaban a los 800.000 años de edad, y el Homo Erectus
tiene un millón, con lo cual no se explicaba su aparición por la cocción, pero
recientemente se descubrió en Sudáfrica una chimenea de más de un millón de
años, en una cueva de 40 metros de profundidad, que por lo mismo descarta la
hipótesis de un rayo, y puede dar pistas para identificar a los
primeros humanos que usaron el fuego. El equipo de investigadores asegura en el
artículo que han encontrado huesos quemados y las cenizas de plantas
creadas en fuegos controlados en África del Sur y que tienen una edad
mínima de un millón de años.
Volvamos a nuestras criaturas frágiles para explicar su
teoría. La carne de carroña presentaba las ventaja de ser proteína, y las
desventajas de la carne podrida…los seres humanos no somos como las hienas que
pueden digerir carne podrida, no somos como los carnívoros que desgajan un
cuerpo con sus colmillos, y tampoco somos herbívoros con molares trituradores
de semillas…o sea, estamos medio a mitad camino de todo… y ahí es donde aparece
el fuego! Según el antropólogo, cocinar ingredientes crudos es una parte
fundamental de nuestras vidas y uno de los elementos que más marcan
nuestra diferenciación del resto de los animales. Vale la pena
recordar que cocinar los alimentos hace que la comida sea más fácil de masticar
y digerir, por lo tanto si una tribu de nuestros antepasados adoptaba esta
conducta lograría aprovechar mejor los recursos energéticos cazando y buscando
alimentos durante menos tiempo, y generándose así una ventaja adaptativa y
competitiva por sobre otros grupos. Además el sabor es mucho mejor!
Y así, poco
a poco, mezcla a mezcla, de manera inconsciente fundó la culinaria, una forma
peculiar de relacionarse con el mundo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario