La primera vez que recuerdo
haber probado maracuyá debo haber tenido 3 años, fue en jugo, para el
desayuno…probablemente en las costas paulistas de Ubatuba, donde vacacioné con
mi familia hasta más o menos los 11 años. Para mí, el maracuyá es el dulce de
leche de mi infancia. Sí, ya se! Todos –o el 99% de los que leen esto- deben
estar con la cara de mi pobre angelito cuando se da cuenta que se quedó sólo en
la casa… pero mi respuesta es la siguiente (y creo que salimos ganando todos)
si a mí no me seduce el dulce de leche, más para vos…
Antes de que fuera famoso en los
paladares gourmet porteños, el maracuyá fue mi favorito, mi sabor de helado, mi
jugo matutino, el dulce de mi elección… Había olvidado su sabor después de
muchos años de ostracismo brasileiro en la adolescencia y temprana adultez,
hasta un almuerzo con mi madre. Un sábado al mediodía de 2004 habíamos ido a
comer a Sudestada en el pituquísimo barrio de Palermo Hollywood. Todavía las
porciones eran úber abundantes y los críticos gourmet aun no lo había
“descubierto”. Simplemente era un bolichito lindísimo en una esquina que estaba
medio derruída, y tenía una parrillita de barrio enfrente que se llamaba el 22.
De ese almuerzo de menú de curry y agua limonada con menta y jengibre que era
todo un exotismo, el postre fue lo que se destacó, me voló la cabeza y me
piantó un lagrimón al estilo de la magdalena de Proust. Pedimos una tarta de
maracuyá y banana, un bocado del manjar dulce y me transporté a mi infancia,
sensaciones, colores, olores y demás. No termino de recordar bien la receta,
pero no sé si importa para el caso porque lo relevantemente importante es que
reintrodujo en mi paladar un sabor amado de la infancia que aún disfruto y
adoro.
La excusa hizo que invente el
mousse de maracuyá más fácil y rico: haces un almíbar/caramelo con azúcar y la
pulpa de maracuyá con semillas y todo desde frío, cuando está empezando a
ponerse dorado clarito lo apagas. Va a quedar color ámbar, divino, y las
semillas de maracuyá van a quedar crocantes. Con ese caramelo haces un merengue
tipo italiano: batís un toque las claras con una pizca de sal, cuando se ponen
como nubecitas le vas echando de a poquito el almíbar/caramelo, cuando está
firme, le agregas un pote chiquito de crema batida, al freezer y listo!
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